Pasan las comparsas
La avenida del dolor
Bajo una luz naranja
Un corazón predicador
Las risas son pobres
Se respiran brasas
El humo es de cobre
La miseria del Plata
Los patios brindan
En la oscuridad magenta
De labios que lindan
Con lenguas de menta
Palmas como garras
Despedazan todo goce
La música se desgarra
En una jauría de voces
Alegrías horribles
Corren desaforadas
Violentas y libres
En la noche morada
La dicha me fue negada
Pienso entre la multitud
Mi soledad es la finada
Y mi corazón su ataúd.